Esto comenzó como una historia que se escuchó durante la década de los 50, una extraña leyenda circuló de boca en boca, sobre acontecimientos en el metro de Madrid, que luego se convirtió en una historia real.
Al parecer durante varias semanas, hubo distintas denuncias de mujeres que decían ser apuñaladas en el metro, sin ellas percatarse de la agresión hasta pasado un buen rato, cuando alguien las informaba que estaban manchadas de sangre, o notaban el dolor.
No eran puñaladas. Cuando las víctimas fueron examinadas, se vio que las heridas habían sido producidas por un instrumento de medicina, un bisturí. Un corte fino y limpio, siempre en los glúteos.
Esto parece ser que ocurría entre las estaciones de Atocha y Puente de Vallecas, así que las personas que cogían el metro miraban de un lado a otro sospechando de todo aquel que se acercara demasiado.
Se montó un despliegue policial en el metro, pero no se daba con el agresor.
Finalmente se dijo que podría ser un médico con una gran precisión, y que empapaba el cuchillo con líquido anestesiante, razón por la cual la mujer no notaba el dolor en ese momento.
Actuaba en la hora punta de la línea 1, aprovechaba la máxima aglomeración, buscaba a su víctima y planeaba su ataque. Siempre buscaba culos grandes.
La mujer no se daba cuenta hasta que alguien le decía que le corría sangre por la pierna, o tenía manchada la falda. Por mucho que buscaran o se pudieran preguntar quien había sido, el tren ya se había ido llevándose con él al "loco del bisturí".
La radio no paraba de hablar del sujeto, incluso el diario ABC publicó la siguiente noticia un 6 de Abril: "Ese vesánico que viene pinchando a las jóvenes, una de sus víctimas lo vio; es bajo, delgado y de ojos saltones. La policía le va a los alcances
".
Hasta que un día consiguieron pillarle en la estación de Sol, cuando acababa de rajar a su séptima víctima.
Le cogieron entre cuatro hombres y le pegaron hasta que sacó la mano derecha del bolsillo con el bisturí en cuestión.
Era un chico de 18 años con antecedentes psiquiátricos.